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DE FALSOS BUDISTAS,MONJES,SHAOLINES Y TEMPLOS DE LA TRANQUILIDAD

Ni están todos los que son, ni son todos los que están. El Busdismo es un asunto muy serio.No se cambia de religión como de piso, y tampoco de nombre, cosa más que frecuente entre los recién estrenados y supuestos budistas. Así lo hizo Juan Carlos Aguilar Gómez, sin ir más lejos, colocándose el Huang y autoproclamándose monje budista shaolin. Huang Carlos Aguilar Gómez ha asesinado a dos mujeres en su gimnasio de Bilbao, conocido como Templo de la Tranquilidad. El sujeto en cuestión encontró su parcela de poder y sus minutos de gloria al ser entrevistado por Punset y Pablo Motos. Iba de maestro en meditación trascendental y jugador aéreo de cuchillos en acertados malabares dignos de espectáculo callejero.
El Shaolin Temple Spain, único centro reconocido en España por el Templo Henan, de China, afirma que Huang Carlos Aguilar Gómez no es maestro shaolín ,tampoco monje, y –lo que es más- incluso carece de los mínimos requisitos para serlo. Al parecer, gran parte de los certificados se obtienen de forma irregular, cosa que no me extraña en absoluto porque estoy harta de budistas, meditadores y maestros de cualquier asunto invertebrado que tras un cursillo de tres meses se lo creen, ejercen y dan lecciones al respecto hasta encadenar con otro cursillo que les convierte en catedráticos. Eso tras bautizarse con otro nombre sin pila, como lo hizo Huang, y asegurar que están formados, pero que muy formados, mientras se expresan con garrafales faltas de ortografía y cuelgan frases lapidarias en las redes sociales cuya esencia y significado desconocen por completo.
El sujeto en cuestión se presentaba como Abad del Monasterio Sifú, y hablaba de su gimnasio refiriéndose al Monasterio Busdista Chang/Zen, Océano de la Tranquilidad. Así, con un par. Su mirada es inquietante, como de asesino, y es que nos ha jodido Mayo con sus flores: Resulta que lo es. Un asesino, digo, que se ha cargado a dos. Los restos de una de las mujeres se encontraban repartidos en distintas bolsas de basura muy bien colocaditas en su Monasterio-Templo de la Tranquilidad.Los vecinos no hablan muy bien de él.Al parecer ni siquiera saludaba.Pero es que los grandes monjes elevados por sí mismos a lo divino se encuentran y desencuentran muy por encima de los simples humanos.
Huang, ataviado con túnica naranja –faltaría más, el color de su cielo- la cabeza afeitada y una expresión terrorífica en su rostro, dice creer haberlas matado. Tiene un tumor cerebral y se argumenta que el hecho puede ser la causa de su enajenación. Ahora que se lo cuenten a Punset y veremos cómo lo encaja.
Pero Huang, en realidad, profesionalmente no es más que un hábil lanzador de cuchillos. Ni Budista,ni monje ni Shaolin. Y para lanzador, el amigo Alberto Murroni, que es un pedazo de artista con cualquier flecha o cuchillo. No va de nada. Recuerdo que me hablaba una vez, en Barcelona, de los falsos budistas, videntes, mentalistas, nuevos dioses y demás. Decía que forman parte de esa gran masa mediocre, analfabeta, triste, desclasada y resentida social. Y tenía toda la razón.
COTO MATAMOROS,EL REGRESO

Se marchó cuando quiso y siempre pensé que volvería cuando le diera la gana. El salvaje es lo que tiene, no se le puede domesticar bajo ningún concepto.Jugó con la audiencia a la carta más alta y supo ganar con creces sobre todas las cosas.Hagan juego, decían.Y Coto se la jugaba.
Es un ser descatalogado, y por eso triunfaba. De él he hablado mucho, y siempre en su defensa.Tiene corazón de oro y afirma que la memoria es la inteligencia de los tontos.Es muy listo.Sigue drogándose y –a diferencia de otros- él lo dice. No se reconoce porque jamás dejó de conocerse.Se sabe.Canalla, gángster,politoxicómano,terriblemente sincero.
Coto es un muñeco que hice yo, un invento mío, yo le enseñé. Luego se convirtió en Frankenstein y se me fue de las manos. Las cosas de su cosecha son las más nocivas.
Lo dice su hermano gemelo,Kiko, y puede que incluso se lo crea.Pero Coto fue un personaje creado por Javier Sardá para Crónicas Marcianas.Sardá le concedía licencia para matar de lunes a jueves, y Coto se comía la audiencia, la levantaba como un verdadero huracán, a última hora, y se tiraba al público, se subía a la mesa,gritaba como un lobo,insultaba y mordía mientras coreaban su nombre.Hubo un tiempo en que Crónicas contaba incluso con Leopoldo María Panero en una tertulia corta de esquizofrénicos.Estaba también Mariano-Mariano contando chistes,Galindo escenificando y un Boris Izaguirre emergente que subía y subía como la espuma.Fueron noches muy célebres en las que Coto siempre se llevó la palma.Se hizo el amo.Por encima de cualquier recién llegado friki, del último gran hermano y de su propio gemelo.
Se dice que andaba esnifando por los pasillos, pero nadie le dió un toque.Lo dicen –presuntamente- los que de toda la vida invadieron lavabos.Porque en el baile este, de cocaína no se libra ni el gato.Pero la palabra resulta que no se puede decir,aunque –sin embargo- sí es lícito despellejarse,hacer del cotilleo una profesión,despedazar a unos y otros,calumniar,vilipendiar,ofender,meter todos los dedos en la llaga vigente para después abrazarse como si tal cosa.Pero la palabra cocaína, no se puede decir.
Los gemelos se odian hace ya mucho tiempo.Casi tanto como se han querido.Se apuñalan a dúo y clavaron dos cruces en el monte de su olvido.Algo de circo hay, presuntamente.Kiko dice que empezó de investigador para lo público, y poco a poco fue subiendo hasta alcanzar la silla que ostenta desde que se marchó Coto.En el reparto de cerebros, uno de los dos se llevó la mejor parte.
Kiko se ha sometido a varias operaciones estéticas y desprecia a su hermano por lo del tatuaje en la cabeza.Yo es que eso me lo cuestiono como un desagradable asunto donde reina la doble moral.Ahora, ese Kiko operado, de pequeñas orejas y matrimonio estable,que nunca jamás en su vida se ha drogado con nada, pero nada de nada,le enmienda la plana a Coto con una facilidad pasmosa.A mí, salvando las distancias, me recuerdan muchísimo a los hermanos Mantle,aquellos gemelos interpretados por un sólo actor,Jeremy Irons, en la película Inseparables (David Cronenberg,1988).
Irons tiene ese misterio que también acompaña a Coto.Kiko está encantado de haberse conocido, pero va por su cuenta..Ambos se benefician a la misma mujer y ella acaba enterándose.Físicamente sólo les separan dos centímetros. Uno de los dos, muere.Son idénticos.Y no saben,no quieren ni pueden vivir uno sin otro.
NI A DIOS NI AL DIABLO, DE CESAR DAVID DELGADO PULIDO.

Una novela descarnada sobre los años estudiantiles, lejos de la tuna y otros tópicos alcanzados para quienes venimos de mucho más lejos por aquello de la edad. Ese alumno tardío que se decide a estudiar tras varios trabajos alimentarios y –sin querer- remarca y consigue reflexiones más que notorias: La pasta sin descanso no me llama y me gusta más tirar la baba en la almohada que el cobre en el bolsillo.
Amigas, amantes ocasionales, polvos esporádicos –algunos especialmente escatológicos pero sin alcanzar esa cima guarra que todo lo cuestiona- fijaciones, enamoramientos pasajeros, fiestas y otros asuntos que se plantean tras el paso marcado al final de la adolescencia una vez pisada la frontera de una juventud primeriza que asiente y consiente en descubrir su sentido, su lugar en el mundo y su habitación propia.
¿Y para qué sirve la verdad? Laverdad es una mentira, y de existir me deja indiferente.
Frase que –por cierto- será discutida por el propio personaje.
Curiosa la mención al Lobo Estepario de Hesse, que creí en exclusiva de una generación ; la mía, por lo que celebro equivocarme. Sin embargo, casi segura de que pocas páginas después aparecería inevitablemente el personaje de Harry Haller, al comprobarlo no he podido evitar el dibujo de esa gran sonrisa en la cara, será que el diablo, ese diablo de César David Delgado Pulido, sabe más por viejo que por sí mismo.Puesto que la vieja soy yo, confieso que la lectura de esta obra engancha, factor fundamental y nada fácil de conseguir .Como él mismo afirma Está el que sabe escribir y el que no,el inteligente y el torpe,el llorón y el que vive apenas sin quejarse.Ganadores y perdedores, sonrisas y lágrimas.Duros,blandos y todo lo que se queda en medio.
Es su primera novela, escrita en menos de un año, exactamente nueve meses: puro parto primerizo.Su título Ni a Dios ni al diablo, el autor afirma que hace referencia a la filosofía que se expresa en el libro.El personaje llega a la conclusión de que los hombres buscan la felicidad en algo que no tiene que ver con el bien ni el mal, sino con lo alejado o cercano que te sientas en relación con la muerte.Si la seguridad en relación a la lejanía es mucha, más feliz serás, es decir, que aunque la muerte puede llegar en cualquier momento,el que nos sintamos alejados de la misma, o cercanos, nos dá la clave de nuestro estado de ánimo.En suma,que el hombre no ha nacido para poner la otra mejilla ni para sentirse dichoso haciendo daño al prójimo,sino que hemos nacido para mantener al máximo nuestra información vital.El bien y el mal serán un medio para alcanzar éste fin,esta finalidad está en nuestro inconsciente,nadie piensa voy a hacer esto para eternizarme o ser inmortal en todos y cada uno de sus actos,sin embargo la razón oculta de todas nuestras actividades es esa,dicho de otra manera y como digo en el mismo libro, lo que buscamos es "la máxima seguridad para la mayor cantidad de tiempo de vida posible".